El Tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), ha sido un poderoso motor para la recuperación tras los efectos provocados por la pandemia del COVID-19, a tal grado que se espera que la economía mexicana crezca 6.5% durante el 2021.
Y es que el comercio exterior representa en la actualidad un 75% del total de nuestro Producto Interno Bruto (PIB), y dentro de este, Estados Unidos y Canadá adquieren el 80% de todas nuestras exportaciones, estimando así que un 35% del PIB mexicano, está supeditado a este acuerdo comercial.
Este crecimiento se apunta a partir de que estalló la guerra comercial de EUA vs China, y nuestro país se ha convertido nuevamente en el socio comercial No. 1 de Estados Unidos, generando un crecimiento continuo en esta área, el cual seguramente seguiremos viendo por los fuertes impulsos económicos y fiscales que el Gobierno Norteamericano está dando a su economía.
Ante este panorama positivo para las empresas mexicanas, existe un gran reto para aprovechar estas oportunidades de negocio, mismo que consiste en mejorar la calidad de los insumos, así como la productividad de cada organización; ello con el fin de ser más competitivos no sólo a nivel regional, sino también a nivel global.
Y es que cada vez más, nuestros clientes y sus clientes, estarán requiriendo mejores productos y servicios a precios más competitivos, lo que implica que nuestras empresas deben de tomar todas las acciones necesarias para cumplir, o inclusive superar, los requerimientos del mercado y, en consecuencia, crecer.
En lo personal considero que la mejor forma de hacerlo es llevar a cabo una transformación digital, con el fin de reestructurar los procesos de negocio de la organización, que nos permitan aumentar la productividad. En este proceso, la integración de las Tecnologías de Información (IT) y de Operaciones (OT) es fundamental para mejorar el desempeño, ampliar sus alcances y optimizar los resultados. En síntesis, para llevar a cabo una transformación exitosa en la empresa, es necesario realizar cambios estructurales, colocando a las Tecnologías de Información y de Operación, y su adecuada integración a los procesos, como elementos centrales.
Y es que nuestra operación tradicional ha llegado, en general, a un punto en el cual es muy difícil que sigamos mejorando sin la ayuda de las tecnologías. La mayoría de nosotros hemos venido aplicando mejoras continuas en nuestras organizaciones durante los últimos años, mismas que por lo regular, han llegado a sus límites.
Con las tecnologías actuales podemos lograr mejoras muy importantes gracias a las telecomunicaciones; al procesamiento de todos los datos que se generan -que hoy en día son en cantidades enormes-; a la inteligencia artificial (AI); al internet de las cosas (IoT) y a todas las soluciones digitales que se están desarrollando.
Y es que nuestros clientes son cada día más digitales y nos pedirán cada vez más que nos integremos a sus cadenas productivas a través de sus sistemas de información y de producción. Nos solicitarán, por ejemplo, que recibamos todos los pedidos a través de sus sistemas de producción y que nos integremos a éstos, de manera eficiente y segura, entregando toda la información del producto, el envío, la logística y la facturación, por la misma vía. Así que no sólo será la producción per se, sino una integración digital, total.
Por todo lo anteriormente expuesto, el tema de la reinvención digital mediante la integración de las nuevas Tecnologías de Información y de Operación, resulta hoy más que nunca fundamental e indispensable, a fin de aprovechar al máximo las oportunidades del mercado que actualmente se nos presentan. #EmbraceTheChallenge